Fahrenheit 451
Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, es una novela contemporánea publicada por primera vez en 1953 y llevada la gran pantalla en 1966. Está ambientada en un futuro cercano en el que la sociedad se ve inmersa y controlada por unos pocos. Por voluntad busca la felicidad basándose en la no razón, en el pensamiento justo y necesario. Pero sobretodo en consagrar su vida al ocio que no aporta nada enriquecedor para la cultura del individuo.
Bradbury nos presenta a un bombero llamado Guy Montag, cuyo trabajo no es el de sofocar incendios, sino de provocarlos. Los bomberos en esta sociedad utópica buscan y condenan la tenencia ilegal de libros, que han sido prohibidos por el gobierno con el fin de mantener el orden, controlar a las masas y preservar la paz y la alegría de sus ciudadanos.
Para las personas, un libro está lleno de mentiras y de palabras que hieren los corazones, atosigando el alma de sentimientos como la tristeza. Se niegan a sentir penas, odio e incluso amor por sus seres. Es por ello que, los bomberos, prenden fuego a los libros que han conseguido escapar de la purga, reduciendo a cenizas la propia historia de la humanidad.
Su estilo literario es conciso y directo a la par que hermoso, sumergiendo a todo aquel que tenga la suerte de tener en sus manos esta gran obra en un mundo de depresiva felicidad.
El conflicto que se presenta en la novela es la chispa de realidad que despierta en la mente de nuestro protagonista; recuerda mucho a la Caverna de Platón. Montag siente inquietudes de pensamiento, sabiendo que en los libros está la verdadera realidad del mundo y que día tras día vive en una mentira. Su mujer, en cambio, es una más del colectivo; egocéntrica y egoísta, busca su propio bienestar, preservando por encima del matrimonio la necesidad de quedar bien ante sus vecinos y amigos.
Todo esto comienza con la aparición de una joven muchacha que, curiosa y de mente avispada, consigue abrir los ojos del bombero, haciendo entender tanto a Montag como al propio lector, que no podemos estar quietos ante una sociedad que se ve envuelta por propia iniciativa en la esclavitud que supone las tecnologías sociales, convirtiendo a las personas en meros robots sin conciencia ni criterio propios.
Se podría desmenuzar cada uno de los puntos filosóficos que Ray Bradbury trata en su exquisita novela solo para confirmar que es una obra de lectura obligada para todos aquellos que se hallan atrapados en esta sociedad de consumo recreativo.
Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. Minotauro, 2007. Tapa dura, 224 páginas.