Una distopía con nombre propio
Parece que hoy en día están de moda las novelas distópicas, en las que nuestro protagonista vive en un futuro en el que no desearíamos estar. Estas historias son la moda literaria. Pero no las critico. Al contrario. Son novelas muy curiosas, donde el escritor debe exprimir toda su imaginación para intentar ser lo más original posible y no “copiar” otras historias. Esto ciertamente es muy difícil en la actualidad, pero El Sermón de Fuego lo ha conseguido.
Se nos presenta algo totalmente nuevo. Un futuro en el que cada familia solo tiene gemelos, de los cuales uno es alfa y el otro, omega. Los alfas representan la perfección, todo lo bueno, el ejemplo a seguir. No tienen ningún defecto. Son ellos los que llevan el control del mundo. Pero por otro lado tenemos a los omegas, un grupo de la población discriminado que ha nacido con desperfectos (ciegos, mancos, cojos, etc) o incluso con un poder especial, como es el caso de nuestra protagonista, Cass, que luchará por la igualdad de alfas y omegas.
Dentro de las novelas distópicas, ésta se merece sin duda destacar. Tiene un comienzo fuerte, que te hace no dejar la lectura ni un segundo. Te hace meterte en la piel de la protagonista y sentir empatía con ella, que debería ser uno de los objetivos principales de cada escritor. Su desarrollo no es plano, ni tampoco sus personajes. La novela juega con el amor, los celos, el misterio y la aventura. Está repleto de altibajos que recorres junto a Cass. Aunque todos estén en su contra, sientes que no puedes abandonarla. Y cuando por fin pasas la última página y ves que has acabado, te das cuenta de que es un gran libro.
Sin duda, le doy un fuertísimo aplauso a la autora, Francesca Haig. Su trabajo es magnífico. Muy pocas novelas consiguen dejar tanta emoción al lector. Esta entra en ese pequeño porcentaje. El Sermón de Fuego es el comienzo de una saga que lleva por título el mismo y que, sin duda, dista mucho de ser “los nuevos Juegos del Hambre”, como muchos críticos tienden a catalogar cada novela nueva exitosa cuyo género es el mismo. La obra de Haig es diferente, tiene su propia historia, su propio nombre.
Querido lector. Si te gustan esta clase de historias, no esperes más. Léela porque no te va a defraudar.
El Sermón de Fuego, de Francesca Haig. Minotauro, 2015. Tapa blanda, 410 págs.
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